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Nishikori tumba a Murray en una batalla de 4 horas

 

Kei Nishikori vuelve a liarla en el US Open como hiciera hace dos años eliminando a Novak Djokovic. Esta vez se ha deshecho del británico y segundo cabeza de serie Andy Murray por un resultado de 1-6, 6-4, 4-6, 6-1 y 7-5 en 4 horas y 2 minutos de juego en lo que ha sido un auténtico partidazo en el estadio Arthur Ashe. El japonés se cuela en semis contra todo pronóstico tras empezar con un 6-1 en contra y break en contra en el segundo set. A partir de ahí mejoró muchísimo y fue claramente mejor desde el fondo que el escocés que fue de más a menos presa del cansancio. El jugador que venía más en forma desde Wimbledon se cae antes de lo esperado y ya son 4 ediciones seguidas en las que no pisa las semis. Justo desde que ganara el título en 2012.

Kei Nishikori tenía motivos más que de sobra para estar asustado por enfrentarse a Andy Murray en los cuartos de final del US Open. Murray había cuajado una actuación soberbia ante Grigor Dimitrov en la anterior ronda, destruyéndolo por completo. Nishikori en cualquier caso sabía como hacerle daño a Murray. Desde el inicio sin embargo, solo existió un tenista sobre la pista, el de Dunblane. Sacando a la perfección, con muchos primeros, reventando la bola desde el resto, muy sólido y en definitiva, ahogando al nipón.

Si bien Nishikori había sido el primero que tenía bolas de break a favor en el primer juego, Murray tras salvar esa situación se hizo gigante. Apabulló al de Shimane para conseguir el 3-1 y saque, restando bombas. Con su servicio no dio ya opción al japonés, que se desesperaba y fallaba bolas porque no veía pista por donde desbordar al número dos del mundo. Murray, en 35 minutos, abrochaba el primer set con una superioridad insultante (6-1). Muy poco se parecía este partido a aquel de 5 horas que dirimieron en la Davis en el mes de marzo.

Andy iba a bajar el pistón en el segundo set y el resultado a la postre sería muy distinto al del primer acto. Y eso que parecía tener el partido bajo un control absoluto. Seguía pegando con dureza y siendo el dominador del juego mientras que Nishikori daba síntomas de no saber bien cómo remediar la situación. Un nuevo break del escocés le impulsaba al 3-2 y saque y le acercaba mucho a las semis. Cómo cambiaría el panorama después. La lluvia obligó a parar el partido dos veces, la primera interrupción breve, la segunda más larga ya que se techó el estadio Arthur Ashe. Nishikori se recargó y empezó a jugar a su máximo nivel, moviendo sin descanso al escocés hasta encontrar la solución. Daba la vuelta a la tortilla. En el momento crucial, con 5-4 y resto, Nishikori asestó el golpe mortal al británico, restando a las mil maravillas, siendo sólido y viendo como Murray era presa de la inconsistencia y de ciertas dudas, estrellando repetidas bolas en la malla. Un 6-4 para Nishikori que abría un nuevo partido, una historia muy diferente a lo anterior. El monólogo de Andy había llegado a su fin.

El partido se tornó en una noria en el tercer set. Ninguno se atrevía a marcharse en el marcador. Murray evidenciaba estar ligeramente tocado en su confianza y tenis tras ceder la segunda manga y perder el break inicial con el que había arrancado el tercer parcial. Nishikori estaba mucho más suelto, movía mejor la bola, con más pegada, dando en líneas generales mejor sensación que el escocés. A Murray le mantenían a flote los primeros servicios, que echaban por tierra el trabajo realizado desde el fondo por el japonés. Murray volvía a encabezar el duelo con 4-3 y saque. De nuevo, Nishikori respondía con un despliegue de tenis brutal, que hacía levantar al central. No era para menos, se había sobrepuesto a un 40-0. Murray ponía las defensas increíbles y Nishikori la magia y los golpes estéticos. Al resto el nipón estaba brillante pero al saque era todo dudas. Tenía una gran oportunidad de ponerse arriba en el marcador y presionar al resto pero los fallos le volvieron a condenar, cediendo un saque que esta vez sí, sería lapidario para él. Murray le devolvía el 6-4 para liderar el partido por 2 sets a 1.

Un detalle fue a la postre clave en el cuarto. Nishikori le iba a endosar el 6-1 que Murray le había colocado en el set inicial. Y eso que el discípulo de Ivan Lendl llegó a estar con 1-1 y 15-40 par 2-1 y saque. En 30-40, se interrumpió el punto que llevaba bien encaminado el escocés por culpa de un fuerte ruido que sacudió la central. A pesar de las quejas de Murray, se repitió el punto y finalmente Nishikori se salía con la suya. Eso descentró a Andy que perdió pujanza y se vio claramente superado por un Nishikori muy inspirado, al que le salía todo. Totalmente desbocado el japonés hacia el 6-1 y el quinto set.

En tromba Nishikori. Un auténtico ciclón el de Shimane. Hasta siete juegos seguidos iba a firmar. Se ponía después de una gran lucha con 2-0 arriba en el quinto set. Murray, campeón en 2012, estaba contra las cuerdas. Sacó el instinto de supervivencia para aferrarse a un clavo ardiendo y recuperar la desventaja. Y entonces, otra vez Nishikori noqueaba al escocés. Puntos interminables, que culminaban con brillantes jugadas. Ambos dando lo mejor que les quedaba en el zurrón. El japonés se aupaba al 3-2 y posteriormente confirmaba la rotura para 4-2.

La noria seguía girando y esta vez de forma maquiavélica. Nishikori tenía a su disposición un 4-3 y 40-0 que le ponía a las puertas del triunfo y las semis. Pero la testarudez de Murray impidió que se materializara el juego para el asiático y recuperaba la igualdad. Murray llegaba a restar para partido con 5-4, algo impensable minutos antes. La intensidad era brutal, especialmente la tensión en los dos. Nishikori se había tirado a la piscina subiendo en exceso a la red. Con 5-5, y tras regalar el juego de resto, Murray veía como Nishikori se le subía de nuevo a las barbas para quebrarle por enésima vez y de forma definitiva. A pesar de arrancar el 6-5 con doble falta, el nipón, sabedor de la oportunidad que tenía ante sí, espabiló y sirvió de manera excelente para ahora sí, sellar un triunfo tremendo que hace tambalear los cimientos de esta edición del US Open.