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Corea del Sur, una fábrica inagotable de "máquinas de hacer birdies"

 

Con el triunfo de In Gee Chun en el Evian International, Corea del Sur suma ya 24 victorias en torneos del Grand Slam femenino de golf. Todas ellas se han producido en los últimos 18 años. El triunfo de la entonces rookie Se-ri Paken el PGA Championship de 1998 dio inicio a un lento pero imparable ascenso de las golfistas coreanas, que la pasada semana tenía 11 representantes entre las 25 primeras del ránking mundial, el doble que Estados Unidos, tradicional dominador del circuito.

Doce de los últimos 20 torneos del Grand Slam han sido ganados por jugadoras nacidas en Corea del Sur: Inbee Park (seis), Hyo Joo Kim, In Gee Chun (dos), Lydia Ko (dos) y Michelle Wie (uno), si bien las dos últimas representan a Nueva Zelanda y Estados Unidos, respectivamente. Entre 2009 y 2015, cuatro coreanas diferentes encabezaron la orden de mérito del LPGA Tour y este pasado verano el país asiático se llevó, de la mano de Inbee Park, el oro olímpico en Río 2016.

El pleno coreano en el podio del pasado Evian International ha sido la última prueba de fuerza de esta inagotable fábrica de talentos que cada día produce ganadoras más jóvenes. Lydia Ko, la vigente número 1 del mundo, ha hecho añicos todos los récords de precocidad en los tres años que lleva como profesional. Fue la ganadora más joven de un torneo del LPGA (15 años), la número 1 más precoz de la historia (15 años) y la más joven en ganar su segundomajor(18 años).

¿Cómo se explica este extraordinario dominio teniendo en cuenta que Corea del Sur ocupa el puesto 14 en la clasificación de países con más campos de golf por habitante, por detrás, entre otros países, de España?

Como casi siempre en estos casos, se trata de una mezcla de factores que van desde la especial sensibilidad de manos que históricamente se les ha atribuido a los coreanos -y que explicaría su excepcional dominio de deportes como el tiro con arco-, hasta su rigurosa ética de trabajo y el sistema de aprendizaje basado enperseguir la perfección a base de repetir y repetir, muy útil en un deporte como el golf. Incluso, por qué no decirlo, a la persistencia de cierto machismopor el cual a las mujeres se las permite dedicar más tiempo al deporte mientras que a los hombres a determinada edad se les exige centrarse en lo académico para preparar su entrada en el muy competitivo mercado laboral.

 

"Horas, horas y más horas de un trabajo bestial"

Marta Figueras-Dotti, que está convencida de que las asiáticas tienen una sensibilidad especial que se muestra en su buen juego corto y dominio del putter, jugó en su día con Se-ri Pak, a quien se considera impulsora del boom del golf femenino en Corea. De hecho, la campeona olímpica Inbee Park cogió un palo por primera vez dos días después de verla ganar el US Open de 1998, cuando muy pocas niñas jugaban al golf en Corea.

Las biografías de Pak cuentan que su padre la hacía levantarse a las 5.30 de la mañana para subir y bajar los 15 pisos de su bloque de apartamentos, que cuando hacía frío la hacía entrenarse hasta que se le congelaba el pelo y que llegó a hacerla dormir en un cementerio para que aprendiera a combatir los nervios.

Dicen que esos métodos han sido emulados posteriormente por muchos padres en Corea. Cierto o no, la realidad es que una cuota importante del secreto de las golfistas coreanas es la dedicación. "Son horas, horas y más horas de un trabajo bestial", explica Figueras-Dotti. "Desde muy pequeñas las llevan al campo de prácticas y entrenan de sol a sol. Por eso se queman pronto y en general se retiran jóvenes", añade la exjugadora española.

Según ha contado en alguna ocasión el entrenador de origen coreano John Kang, esa dedicación tiene que ver con el ambiente de extrema competitividad que viven los jóvenes en Corea del Sur y que hace que desde muy pequeños dediquen entre tres y cinco horas diarias a actividades de refuerzo académico después del colegio."Ir a una buena universidad es muy difícil y los chicos hacen lo que sea para prepararse mejor que sus competidores. Si deciden dedicarse al golf, lo harán con el mismo ahínco desde muy pequeños", explica.

Esa mentalidad ha provocado la creación de un completo sistema de competiciones en el que participan niños desde los cinco años y ha hecho posible que el LPGA de Corea del Sur haya alcanzado un fortísimo nivel en apenas una década. Las jugadoras que pasan por ese circuito llegan al LPGA Tour con muy buena formación y pelean por las victorias sin apenas tiempo de adaptación.

"Reaccionan igual ante un 'birdie' que ante un doble 'bogey'"

El segundo factor, para la capitana del equipo olímpico español, tiene que ver con la mentalidad. "Son inamovibles. No les afecta nada, reaccionan igual ante unbirdie que ante un triple bogey", explica. "Creo que es una cuestión cultural, porque desde muy pequeñas se las enseña a no quejarse", añade.

Para Carlota Ciganda, la mejor española en el ranking mundial, esa capacidad de no alterarse es el principal rasgo que diferencia a las coreanas del resto. "Tienen una mentalidad que es una pasada. La clave es la mentalidad. Vienen de una cultura que todo es muy relajado. No se inmutan si hacen un birdie un bogey o diez pares seguidos. Yo me enfado bastante más", explica.

Por supuesto también existe un importante factor económico. Corea del Sur ha sabido aprovechar el boom que ha experimentado el golf en los últimos años y que ha doblado (de 2,5 millones a cinco millones) el número de practicantes en la última década. Tanto el circuito local como el estadounidense cuentan con un gran seguimiento, lo que facilita la aparición de patrocinadores. Según explica Figueras-Dotti, las jugadoras coreanas saltan al profesionalismo con un numeroso equipo profesional a su alrededor: entrenador, preparador físico, caddie, traductor, fisioterapéuta, etc. "Están muy protegidas y viajar así es mucho más fácil".

"Son máquinas de hacer 'birdies' pero no tienen vida"

El dominio coreano, sin embargo, tiene una cruz. Según cuenta Figueras-Dotti, algunas golfistas con las que jugó terminaron padeciendo problemas depresivos serios debido a la intensidad con la que viven el golf. "Sé de algunas que han tenido problemas serios de depresiones. No tienen vida social ni hobbies fuera del golf, son máquinas de hacer birdies y terminan quemadas", explica la exgolfista, que recuerda la primera vez que invitó a cenar a Pak con otras compañeras: "Nos dijo que nunca antes había salido a cenar con amigas".

Todo indica que las golfistas coreanas seguirán dominando el circuito en el futuro. Según apunta Figueras-Dotti, la fórmula de su éxito es difícilmente trasladable a Europa o Estados Unidos. "No hacen nada que no se haga en otros países, simplemente lo hace diez veces más al día. Es un modelo que no serviría para España porque nosotras tenemos una vida después del golf y ellas no. Producen máquinas de hacer birdies, pero sin vida. Es no cabe en la mentalidad europea".