Después de una recuperación, al menos en cuanto a resultados, en este último tramo de temporada, David Ferrer se vio golpeado ayer en Vienapor algo peor que una derrota: una lesión. El de Jávea no pudo siquiera saltar a pista para combatir en las semifinal ante Andy Murray debido a un fuerte contractura muscular en su muslo izquierdo que le hizo incluso acudir al hospital. A solo un día para que arranque el cuadro final de París-Bercy, está en sus manos (y en sus piernas) el gastar la última bala o cerrar el tarro hasta la próxima temporada.
"Cuando me desperté e intenté calentar me di cuenta de que no podía y decidimos abandonar. Las próximas 48 horas descansaré, y cuando pasen éstas veremos si voy a París o se termina la temporada", afirmaba David a EFE tras anunciar su abandono en Viena. "Acabé el partido muy mermado físicamente ante Troicki; tengo un problema en los isquiotibiales, una contractura muy fuerte. Es una pena no poder continuar y quiero agradecer a la gente el apoyo recibido”, añadió.
Lo cierto es que 2016 ha significado el peor año de David Ferrer desde hace más de una década. En Viena, curiosamente, se cumplían justo doce meses de la última vez que el valenciano pisó una final ATP, donde logró ganar en 2015 a Steve Johnson. Esta temporada tuvo la oportunidad de aterrizar en seis semifinales, cayendo en cinco de ellas y obligado a retirarse en la última. Además, el ranking le verá cerrar el telón alejado del top10 y con el miedo a que los nuevos jóvenes del circuito amenacen su estancia en el top20 el próximo calendario.
“Valoro haber mejorado mentalmente y como tenista, también haber ido de menos a más, pero es cierto que esta no ha sido una de las mejores temporadas de mi carrera”, define Ferrer sobre su 2016, un año de más sombras que luces donde firmó 36 victorias y 21 derrotas, números muy humildes respecto a los de otras temporadas.
Sobre el debate del futuro del tenis español, Ferru lo tiene claro. “En el futuro otro tenista como David Ferrer puede volver a aparecer, pero no nacerá un nuevo Rafa Nadal. Tampoco creo que vuelvan a haber dos jugadores españoles entre los cinco mejores del mundo. Habrá jugadores en el top 10 y puede que algunos lleguen más lejos", concluye el ex número 3 del mundo.