Dominika Cibulkova comenzó el año en el puesto número 38. La eslovaca no aparecía en las quinielas de nadie como una de las tenistas a tener en cuenta en este 2016. Lejos quedaba aquél gran torneo que se marcó en Australia en el año 2014, que le hizo llegar a la final. Su comienzo de temporada tampoco hacía esperar grandes cosas de ella, cayendo eliminada en primera ronda en Melbourne pero ella no perdió la fe y eso es algo que caracteriza mucho a Domi, que es una guerrera incansable, y ha demostrado a todos que si se trabaja duro y se cree, se puede lograr todo lo que te propongas.
Decir esto a toro pasado es hacerlo con ventaja, pero creedme que desde comienzos de esta temporada, yo sabía que Dominika haría algo grande. La sigo en Instagram, así como a otras tenistas, y me sorprendía de ella la cantidad de entrenos que posteaba, cómo le fastidiaba salir derrotada en un torneo o la alegría que le daba ganar aunque fuera únicamente un partido. El mensaje que enviaba al exterior era de: "Estoy trabajando muy duro y me estoy dejando todo para que esto algún día se refleje en un buen resultado". Eso me hacía pensar que sus resultados llegarían, tarde o temprano. Ella no se conformaba. Quería más.
Y eso lo demostró en Singapur. Llegaba como nueva después de 10 años en el circuito y tras meterse por los pelos entre las 8 mejores. Mucho mérito el que una chica de su estatura (1,61m) se meta entre las mejores en una época donde predominan las tenistas altas y que le peguen a la pelota con una fuerza desmedida. Ella no iba de favorita y otra en su lugar, habría bajado los brazos después de caer derrotada en los dos primeros partidos del torneo. "Estoy contenta de estar aquí y vivir esto por primera vez, pero espero poder ganar un partido. Haré lo que pueda para ganar un encuentro", decía la eslovaca. Dicho y hecho. No sólo ganó el tercer partido del Round Robin ante otra luchadora como Halep, sino que eso le hizo meterse en semis y el resto de la historia ya lo conocen.
Hay muchas cosas de su carácter que podrían servir como inspiración para muchas tenistas. Como decimos, estamos en un circuito femenino donde predominan las tenistas fuertes, con saques y derechas potentes, donde se trabaja poco la construcción de puntos y que aquellas con físicos menos espectaculares y golpes menos fuertes están en desventaja, pero Domi no descansa en trabajar aquello que sí hace bien y lo explota, apoyado en una personalidad y una creencia en sí misma que le hace no tener miedo ante nadie.
Me gusta muchísimo ver su reacción cuando pide el 'coaching' en pista. Mientras otras tenistas se dedican a mirar al suelo o a la grada mientras su entrenador le está hablando o dando consejos sobre qué cosas hacer, mientras otras ni siquiera dicen una sola palabra, ella no. Ella toma contacto visual con él. Pone ése sentido en activación, uno de los más importantes, que es fijarse en los ojos del que te habla. Ella incluso se atreve a decirle a su entrenador que corra y se dé prisa en llegar hasta su banquillo cuando le llama, intentando ganar aunque sea 10 segundos más para poder hablar con él. Su conexión con Matej Liptak es más que evidente. Incluso se chocan las manos justo antes de que él se vuelva a su banquillo. Qué diferencia respeto a otras, ¿eh? Eso marca la diferencia.
Cibulkova es el ejemplo para muchas tenistas del Ranking que se puede tener tiempo para el esparcimiento (la que le cayó cuando salió semi-desnuda en una revista) pero también para dejarse todo en el gimnasio y en la pista de entreno. Sirve de ejemplo para otras que aprenden a conformarse, para otras que consiguen un par de buenos resultados y el resto del tiempo tienen la mente puesta en otra cosa.
"De joven me dijeron que era demasiado bajita para jugar a tenis de alta competición. Esto es algo contra lo que he luchado siempre y animo a todas las jugadoras que no sean demasiado altas a que no se rindan y sigan peleando por ganar cosas importantes, si no, que me miren a mí", apuntaba la eslovaca ayer tras ganar el torneo de Maestras. Que se lo apunten muchas porque es una gran lección. Pome!
Fuente : http://www.puntodebreak.com/