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"Tengo esperanza de jugar el Masters de Augusta"

 

Jon Rahm se encuentra estos días en España donde despedirá junto a su familia el que ha sido sin duda el año más importante de su carrera. El golfista vasco compatibiliza como puede el necesario descanso con las inevitables servidumbres que conlleva ser la gran esperanza del golf masculino español. Homenajes, premios, clinics, entrevistas...

Durante la gala anual de la Federación Española de Golf, celebrada este lunes en la sede del COE, dedicó más de una hora a atender a los medios de comunicación. Su gran rendimiento en 2016 -fue nombrado mejor amateur del mundo por segundo año consecutivo y consiguió la tarjeta del PGA Tour en apenas cuatro torneos- le ha terminado de convertir en una de las grandes figuras del deporte español. Donde hace 12 meses apenas había un puñado de periodistas especializados, este año se congregaron profesionales de los principales medios nacionales.

 

"He superado mis expectativas y eso es difícil porque eran muy elevadas. Es una pena que no consiguiera el primer triunfo que quería, pero no es fácil", admite el jugador de Barrika, que repasó para MARCA los últimos 12 meses, en los que ha pasado de disputar torneos universitarios a dirigir un equipo de cinco personas y jugar en el circuito profesional más importante del mundo.

"He crecido muchísimo como persona", reflexiona Rahm, cuya transformación resulta perceptible también en lo externo. Luce un aspecto mucho más estilizado, probablemente fruto de los cambios que ha introducido en su alimentación. "Estoy trabajando mucho la dieta y el aspecto físico. Es muy importante mantener la flexibilidad", confiesa.

Los últimos 12 meses también han dejado un poso de contención en sus palabras. Ya no muestra tan abiertamente su enorme ambición, una de las claves de su éxito según quienes mejor le conocen. "El objetivo del año es mantener la tarjeta. Si llegara a los playoffs ya sería un año increíble", asegura comedido, aunque la voracidad no tarda en asomar. Basta ver su calendario para los dos primeros meses del año para adivinar que en su horizonte está el Masters de Augusta.

"Esperanza sí tengo, por eso juego cinco torneos antes. Es un objetivo bonito, pero es el 'major' más difícil de jugar porque la lista es muy corta. Hay que ganar un torneo o estar entre los 50 primeros y eso es muy complicado, explica.

Aunque apenas tiene planificado el primer trimestre del año -los resultados marcarán sus decisiones de cara al siguiente-, Rahm tiene claro que cuando asegure la tarjeta del PGA Tour uno de sus siguientes objetivos será jugar en Europa para poder optar al equipo de la Ryder Cup, uno de sus grandes sueños.

De momento, disputará el Andalucía Masters en Valderrama, salvo que se clasifique para los playoffs del PGA Tour y coincida en fecha con alguno, y también el Open de España, que espera pueda confirmarse en las próximas semanas.

Doble cita en San Mamés

El 27 de diciembre Jon dará por concluidos sus compromisos profesionales. Ese día aterriza en Bilbao su novia, Kelley Cahill, que visita España por primera vez. "Tengo que enseñarle la cultura española", bromea el golfista. Aunque todavía no tiene cerrado el programa de la visita, tiene claro cuál será una de las visitas obligadas: San Mamés. "No hay partido del Athletic, pero juega la selección de Euskadi contra Túnez el día 30", cuenta. El golfista, como su padre y su hermano, es hincha declarado del Athletic y buen amigo, entre otros, de Aritz Aduriz. De hecho, de la sede del COE puso rumbo directo a San Mamés para llegar al partido frente al Celta.