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Qué corta es la memoria en el tenis para algunos

David Ferrer. Foto: Getty
 

España, por norma general, es un país lleno de envidias. Un país donde lejos de alegrarse y disfrutar de los éxitos de los nuestros en materia deportiva, se prefiere esperar en la sombra a que se produzca un error o una derrota para saltar a la yugular del deportista. Los hay que también están en ambos lados. Son los primeros en elevar a los cielos a alguien tras una victoria como también en pisotearle en el suelo tras una derrota o tras pasar una mala racha. Es lo que sucede con David Ferrer. El alicantino está pasando por un mal momento profesional, puede que de los más duros en su carrera, y hay quienes se atreven a jubilarle antes de tiempo y a desprestigiar a uno de los mejores tenistas que ha tenido España en su historia.

La historia de David comenzó hace muchos años, en su Jávea natal. Su padre era un gran aficionado al tenis y su hermano Javier intentó convertirse en tenista. Pero ese camino que él recorrió, sin éxito, le sirvió a David para ver por dónde debía tener especial cuidado para poderlo cruzar y cumplir ese sueño de ser tenista profesional. No sólo lo cumplió, sino que se convirtió en uno de los mejores de toda la historia de nuestro país. Ferrer ha hecho y sigue haciendo historia en nuestro tenis y hay quienes se atreven a aprovechar este momento de debilidad para meter el dedo en la llaga.

Posiblemente, esas personas que en redes sociales y diversos foros de distintos medios aprovechan lo más mínimo para sacar toda esa envidia que tienen por dentro, no amen el tenis. Aquellos ignorantes que sólo salen para reírse de los tenistas cuando pierden y pedir que se retiren, no saben del esfuerzo que se requiere para seguir ahí, peleando. Quizá no sepan que David le echó cojones a la vida cuando le vinieron mal dadas y que en la que posiblemente sea la época más competitiva de toda la historia de este deporte, él fue capaz de ganar casi 30 títulos, ser finalista de Grand Slam y situarse como número 3 del mundo. Es probable que incluso algunos de ellos hayan celebrado en el pasado muchas de sus victorias, pero hoy, les toca ser la doble cara. Y es que vaya si es corta la memoria en el tenis para algunos.

Podría repetir varias de las cosas que he visto por ahí, en referencia al momento actual de David, pero preferiría no hacerlo. De verdad que no entiendo que haya gente que sea de esa forma. A mí, personalmente, me resulta admirable que alguien que ha conseguido lo que él en su carrera tenga todavía motivación para continuar y mejorar, cuando está a punto de cumplir ya 35 años. Ferrer podría retirarse mañana mismo, y ya sería uno de los mejores tenistas españoles de toda la historia aunque no haya ganado ningún grande. Él no tiene nada que demostrar a nadie y creo que hay muy pocos jugadores que puedan decir lo que él, que no se dejó nada en cada partido que disputó, en cada torneo. Que lo dio todo. Que dio lo mejor de sí y más.

"Estoy intentando aceptar lo que me está ocurriendo para invertir la situación", señalaba esta semana desde Miami. David reconoce que este momento por el que pasa es complicado y que necesitará de mucho trabajo para salir del bache en el que se encuentra. A pesar de todo eso, Ferrer se mantiene con ánimos y con una actitud positiva. "Cuando pierdes tantos partidos, no te queda otra que mirar hacia delante e intentar ser positivo", reconocía.

David siempre recuerda una frase que le dijo su padre cuando era pequeño y soñaba con ser tenista. "Tú puedes hacer lo que quieras. Eso sí, lucha hasta el final". Seguro que la sigue teniendo muy presente a día de hoy, cuando las cosas no le están saliendo como él desea. Y es que no duden que ese guerrero llamado David Ferrer no dejará nunca de luchar hasta el final. Que nadie le jubile todavía que aún le quedan muchas más batallas por ganar.