BRISTOL -- Hay que aprender a vivir con el nuevo Tiger. La semana pasada hablábamos de los problemas que trae aparejado la falta de Tiger Woods en el PGA Tour, pero ¿cómo será el circuito en lo que todos entienden serán los últimos años de Woods en el más alto nivel?
Tenemos que empezar por saber que en una conferencia de prensa en Congressional, sede del torneo que recauda fondos para su fundación, Tiger volvió a afirmar que su vuelta al golf está en las manos de sus médicos y que no hará nada que ellos no le indiquen. Dijo también que había lidiado con lesiones anteriormente en su talón de Aquiles y en la rodilla, pero que había podido jugar igual. Esta vez, señaló, era imposible jugar y hasta le era un esfuerzo bajarse de la cama. Esto nos da la idea del dolor y también que está acatando las órdenes de los que saben.
Podríamos suponer entonces que su vuelta no será para antes del Open en Hoylake. Si esto ocurre, su calendario se verá reducido al Open, seguramente jugará el Bridgestone en Akron y el PGA Championship en Valhalla. Más allá que sume lo suficiente como para jugar los playoffs, me parecería raro que lo haga para no forzar demás su espalda. Luego de esto le quedaría la Ryder Cup. No tengo dudas que Watson tendrá una charla con él para saber si está en condiciones para jugar y lo elegirá si Tiger le dice que está bien, y después el compromiso para jugar en Argentina.
De allí a fin de año, sólo creo que se lo verá en el Challenge que todos los años juega en diciembre y que por primera vez dejará California para trasladarse a Isleworth en Orlando, lugar en donde vivió por muchos años.
El día que se haga la biografía de Tiger, el 2014 quedará señalado como un año perdido y de transición para volver entero en el 2015. Si seguimos suponiendo que físicamente se encuentra en condiciones de competir, la sede de los Majors del año que viene es tan buena o mejor para Tiger que las de este año: Augusta, Chambers Bay, St. Andrews y Whistling Straits. Poco tenemos que decir de como lo ha tratado el Masters, Chambers Bay es una cancha nueva par el US Open estilo links, muy abierta desde el tee y en donde se requerirá muchísima imaginación. En St. Andrews ha ganado en dos oportunidades y si bien en Whistling Straits nunca jugó bien, las dos veces llegó allí en pleno cambio de swing. Este es otro punto a tener en cuenta ya que debemos observar si su lesión en la espalda lo obliga a otro cambio de swing.
El resto del año me lo imagino con un calendario reducido, jugando los torneos que siempre jugó y tratando de viajar menos para estar más tiempo con sus hijos, que ya le demandan más tiempo como padre.
El tour, la televisión y los espectadores deberán acostumbrarse a esta nueva era y disfrutar de los últimos años de un deportista único como es Tiger Woods. Fuimos testigos durante 11 años de algo tan mágico que no podía ser cierto, y aunque estoy convencido que esa magia la volveremos a ver alguna vez más, también sé que no será cosa de todos los días.
Una nueva etapa comenzará el día de su vuelta. Habrá que estar atentos.
por Francisco Alemán
Fuente: espndeportes.com