MELBOURNE -- La historia tuvo un tercer capítulo en Melbourne. Y como sus antecesores, a cinco sets. Esta vez, como en 2013 y a diferencia de 2014, la victoria quedó para Novak Djokovic. El serbio, número uno del mundo, derrotó por 7-6 (1), 3-6, 6-4, 4-6 y 6-0 a Stan Wawrinka, defensor del título, y avanzó a la final del Abierto de Australia. Su rival en la definición, Andy Murray.
El premio mayor fue para Djokovic. Muchas idas y vueltas de ambos, con numerosos errores no forzados por parte de Wawrinka (69) y pocos tiros ganadores del serbio (sólo 27 en 48 games). Eso, además alguna merma física del N°1 del mundo y de las reacciones del suizo a puro winner y lujos en la red, le puso emoción a un partido llamativamente irregular. Nole, a su 15ª final de Grand Slam y en busca de su quinta corona en Australia; Stan, afuera en semis y caída hasta el N°9 del mundo desde el lunes.
El partido fue ganando intensidad con el correr de los minutos. Después de un inicio con el dominio de los sacadores, Djokovic fue el primero en avisar al poner a prueba, y llevar a deuce, a Wawrinka en el sexto game. No obstante, fue el suizo el que sacó la ventaja inicial desde la devolución al quebrar para el 4-3. Fastidio en el serbio, que rompió su raqueta al ver caer apenas por segunda vez su saque en el certamen.
Y esa efusiva reacción pareció ser un despertador. Desde ahí, el N°1 pasó a mostrarse mejor, con un juego más agresivo y plantado decididamente desde la línea de base. Djokovic se quedó con los siguientes dos juegos. Primero ganó cuatro puntos seguidos sobre el servicio de Wawrinka y luego se afirmó con su saque. Posteriormente, nuevamente con el resto, llegó a tener dos puntos para set en el 5-4. Sin embargo tuvo que esperar hasta el tie break, en que se mostró muy superior y se encontró con un errático rival, para establecer la primera distancia por 7-6 (1).
Wawrinka soportó con entereza la presión de Djokovic, que buscó aprovechar el envión y exigió con la devolución en el primer game del segundo set. El suizo estuvo contra las cuerdas con dos puntos de quiebre en contra, pero salió del paso con jerarquía. Y después, la reacción. El defensor del título pasó a tener un juego con mayor seguridad, con menos errores no forzados, y sacó tajada a la perfección de un momento de dudas en el serbio. Así firmó una rotura en el sexto game tras levantar un 30-0 y quedar 4-2 luego de una doble falta de su rival. Aceleró con su saque, afinó su derecha, soltó su revés y 6-3 para él. Primer set que pierde el serbio en el certamen.
Y nuevamente giró el dominio de las acciones. Tras levantar un break point, Djokovic tomó el control. El serbio hizo gala de su gran defensa y sacó una luz de ventaja en el tercer set desde la devolución. Pero todo se nubló: pasó de estar a un punto de quedar 4-0 a ceder su servicio en cero para el 3-2. Otra buena reacción de Wawrinka, pero no le iba a alcanzar. El N°1 del mundo iba a torcer de nuevo la historia con un preciso quiebre en el décimo juego (doble falta y dos errores no forzados del suizo) para adueñarse de la manga por 6-4.
Parecía ser un golpe de gracia de Nole en el inicio de cuarto set. Con una enorme defensa, tras no poder aprovechar dos puntos de break, se quedó con el servicio de Wawrinka y puso el 2-0 en el marcador. Pero acto seguido, el suizo volvió a tener aire al recuperar terreno desde la devolución. Para colmo después superó un 0-40 con su saque y se puso 2-2. Con un patrón de juego más agresivo, el defensor del título logró hacer diferencia y así, con tiros ganadores y lujos en la zona cerca a la red, cerró otro quiebre y tomó el control hasta el 6-4. Djokovic, raro. Con poca reacción, movilidad y una llamativa planilla en el set: 0 winners y 14 errores no forzados.
El quinto set, por cómo venía el encuentro, parecía cosa juzgada. Todo lo contrario. Djokovic rápidamente, con dos roturas, se puso 4-0 al frente. ¿Qué pasó? Wawrinka siguió jugando al límite, pero sus tiros no fueron tan precisos. Quizá el cansancio o los nervios lo terminaron empujando hacia los errores. Dos doble faltas en el segundo game, un par de tiros anchos desde el deuce en el cuarto. Y encima, Nole, expectante y aprovechando cada situación favorable. No le dio más oportunidades y le puso un punto final.
Ahora, Djokovic irá en busca de su quinto título en el Abierto de Australia cuando se enfrente en la final a Andy Murray, que viene de sacar en cuarto sets a Tomas Berdych y busca, además, un triunfo que lo vuelva a poner en el Top 3.
Fuente: espndeportes.com