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Del número uno al 195 del mundo, el antes 'Tigre' de la PGA ha ido perdiendo sus rayas para convertirse en un gatico inofensivo, pero Tiger Woods se mantiene esperanzado en resurgir de sus cenizas para retomar una carrera a punto de naufragar.
A sus 39 años, Woods sigue en caída libre y nadie parece tener la explicación de tal desastre. Su más reciente tropezón en el Abierto de Estados Unidos hace pensar que el 'Tigre' está de salida de la élite mundial.
La imagen televisiva de un Woods resbalando y cayendo sobre su trasero en un banco de hierba húmeda para tratar de salvar un mal tiro ha dado la vuelta al mundo, y su cara de frustración al ser eliminado en el corte de segunda ronda habla más que mil palabras.
"No hice ningún putts en los dos primeros dias", confesó el ganador de 14 torneos del Gran Slam, o lo que es lo mismo, falló todos sus tiros en corto, lo cual es muestra de su destemplanza espiritual.
El putt es el tiro que se le da a la bola con el palo llamado putter, en una sección de la cancha denominada green, donde el césped es corto y es también donde se encuentra el hoyo. En este golpe la bola rueda y no se levanta del suelo. Por eso es esencial calcular el posible declive del terreno. Es el tiro que exige mayor precisión y se dice que es el más importante.
Una primera ronda de 76 golpes, seis sobre el par, le sacó de sus casillas apenas iniciado el US Open. Otra segunda ronda de 8O le sacó del torneo el viernes, para terminar el dia en 16 sobre par y empatado en el número 150, en un campo de 156 golfistas.
El propio Woods reconoció haber jugado el peor torneo de su carrera, que le ha hecho caer al 195 en la clasificación mundial y le excluye de algunos de los mejores torneos por venir.
La última vez que no pasó un corte en un Abierto estadounidenses fue en Winged Foot en 2006, poco después de la muerte de su padre, Earl. Es el tercer torneo grande que se queda fuera del fin de semana, luego del Campeonato de la PGA de 2014 y 2011.
- El Tigre en su madriguera -
El problema de Woods no es físico, médico ni técnico. El problema es de su espíritu, que desde la noche en que su exesposa Elin Nordegren lo corrió con un palo de golf al descubrir que le era infiel, el Tigre vive escondido en la madriguera de falsas justificaciones que se ha creado para estar en paz consigo mismo.
"Es un poco triste para ser honesto con usted. No estoy seguro de que ninguno de nosotros tiene la respuesta. Se ve como un alma perdida por ahí", declaró Butch Harmon, su entrenador en la Universidad.
Harmon fue quien le ayudó a irrumpir en el mundo del golf con una victoria en el Masters de 1997, y le guió por el camino del triunfo hasta el año 2000 en que rompieron la relación.
Considerado uno de los mejores entrenadores de swing de la actualidad, Harmon ha mejorado el juego de estrellas como Phil Mickelson y Dustin Johnson.
"Es difícil de ver como ha decaído su juego. Es como ir a Wimbledon y ver a Roger Federer no ser capaz de golpear la pelota sobre la red", ejemplificó Harmon.
Woods tiene tres semanas para tratar de reagrupar su mente con vistas al tercer Gran Slam de la temporada, el Abierto Británico, que este año tiene lugar en St. Andrews, donde ganó en 2000 y 2005.
Después viene el último de los cuatro grandes, el Campeonato de la PGA, en Whistling Straits, Wisconsin.
Estos dos Majors serán la última oportunidad del 'Tigre' Woods de salvar algo de los restos esparcidos en el peor año de su carrera desde que se convirtió en profesional en 1996.
Con su 40 cumpleaños haciendo señas al final del año, el tiempo corre rápido para Woods en su intento por superar las 18 victorias en Gran Slam alcanzadas por el legendario Jack Nicklaus.
"Esperamos que vaya a casa, tome un tiempo de descanso y no vuelva hasta que esté 100% listo para jugar", aseveró Harmon.
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