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"Usen crema de protección, beban mucha agua y lleven sombrero": las consignas comunicadas este miércoles por la megafonía de Wimbledon transportaron al público a las playas del sur y alegraron a los tenistas más acostumbrados al calor.
Wimbledon vivió el día más caluroso de la historia del torneo al superar los 35º, anunció la agencia meteorológica nacional británica, el Met Office.
"Wimbledon ha tenido el día más caluroso de su historia. Kew Gardens, el observatorio más cercano, registró una temperatura de 35,7º", escribió la agencia en su cuenta Twitter.
Pocos recordaban un calor semejante: hay que remontarse a 1976 para encontrar el anterior récord, 34,6º.
Las temperaturas son superiores en unos grados a pie de pista central, como confirmó el martes el británico Andy Murray.
"Me dijeron que alcanzamos 41º en la cancha mientras yo jugaba", dijo Murray.
"Definitivamente, hacía calor. Vamos, no he jugado muchos partidos en esa cancha con tanto calor", aseguró el ganador de la edición de 2011 e ídolo local.
De todos los consultados, Murray, un nativo de la húmeda y fría Escocia, era el menos satisfecho con los elementos.
"Me alegró liquidar el partido en tres sets, un par de horas, porque es mejor no jugar partidos extremadamente largos en estas condiciones, es duro", explicó.
- Australia y Nueva York son peores -
El Abierto de Australia, donde las temperaturas superan a veces los 40º, o el de Estados Unidos, a principios de setiembre, en el clima pegajoso de Nueva York, estaban en mente de todos.
"Aquí los puntos son más cortos, no se siente tanto. Pero si llegas a jugar tres, cuatro puntos largos, empiezas a notarlo", dijo Murray.
En Melbourne, en cambio, "no ganas fácilmente llos puntos solo con el servicio", lo que alarga el suplicio.
En contraste, para el español Rafael Nadal, al que las lesiones han relegado al puesto de décimo cabeza de serie, o para su compatriota Garbiñe Muguruza, el calor es una buena noticia.
"Cuando hay sol, las canchas están más secas. Es mucho mejor para las lesiones jugar en estas condiciones que cuando está nublado y hay más humedad, que hacen que la hierba esté más resbaladiza. Estoy contento", dijo el tenista mallorquín.
Como la mayoría de los tenistas varones, Nadal no quiso entrar en la polémica de si ellos deberían tener derecho a parar los partidos cuando hace mucho calor, como es el caso con las mujeres.
"Si los varones quieren esa regla, que la pidan", dijo la vigente campeona Petra Kvitova. Pero no parece que Nadal tenga la más mínima intención de hacerlo.
Al fin y al cabo, dijo el mallorquín, el calor de Wimbledon "no es comparable al de Río de Janeiro o Australia".
Muguruza coincidió con Nadal y aseguró que "es más fácil entrar en calor" con estas temperaturas que con el tiempo clásico de Wimbledon, lluvioso e incluso fresco.
Para el suizo Roger Federer, la tortura de Melbourne tiene mucho que ver con la pista dura sintética, algo que no puede compararse a la hierba.
"Aquí en Europa, en tierra batida o hierba, no tenemos esos problemas", aseguró. En Australia, "tienes cemento bajo tus pies y el sol golpeándote, puede ser duro".
El jugador de 33 años ha vivido todos los climas posibles, pero cuando se le pregunta por lo peor, lo tiene claro: "Tener 20º casi todo el partido y de repente pasar a 40º".
al/mcd/dr/AFP