Hace ya meses, Dominika Cibulkova se tenía tan poca fe en hierba que puso su enlace matrimonial con Miso Navara, su novio, el sábado 9 de julio. La eslovaca, que viene de ganar en Eastbourne, está a sólo dos victorias de plantarse en la final de Wimbledon, que es precisamente este sábado.
"Ojalá tenga que mover la boda, sería una noticia fantástica. Elegí ese día porque nunca me he considerado una buena jugadora de hierba. Si gano mi partido de cuartos, tendré que pensar el tema seriamente", decía Cibulkova, de 27 años, después de cargarse hoy a Agnieszka Radwanska, tercera del ranking WTA por 6-3, 5-7 y 9-7.
En la antepenúltima ronda le espera Elena Vesnina, que nunca antes había llegado tan lejos en un 'Grand Slam' mientras que la eslovaca encadena nueve victorias sobre el césped. Una de las ex tenistas que estaba invitada a la boda de Cibulkova es Marion Bartoli, que no podrá asistir porque es comentarista de la televisión francesa y tiene que ver en directo la final de Wimbledon.