Miguel Luengo
Londres, 11 jul (EFE).- El segundo título en Wimbledon, y sobre todo, la forma en la que encaró el desafío de ganarlo, cuando toda la responsabilidad estaba sobre sus hombros tras la falta de grandes nombres en la final como los de Novak Djokovic, Roger Federer o Rafael Nadal, acreditan a Andy Murray como un valor seguro para los próximos años.
Sus dos entrenadores, el estadounidense de origen checo Ivan Lendl y el británico de origen español Jamie Delgado, creen fervientemente que el momento de Murray ha llegado, y que como el propio Andy declaró tras levantar el trofeo en el All England Club, "lo mejor está aún por llegar".
"Lo primero que hay que decir es que lo que ha hecho hoy (por el domingo) es un gran logro de Andy, y yo, por mi parte, haré todo lo posible para que él lo consiga", dijo sobre la posibilidad de convertir al tenista de Dunblane como próximo número uno del mundo.
"Desde luego que puede ganar a Novak Djokovic", aseguró Lendl sobre su pupilo. "Sus duelos han sido muy ajustados, cuestión de un par de puntos. Andy está muy concentrado y hambriento y para mi es muy importante tener un jugador así, con estas dos premisas", aseguró.
"No voy a decir cuántos, pero sí todos los que pueda", bromeó sobre los Grand Slams que puede ganar Murray en el futuro. "Su objetivo es ganar el máximo de partidos posibles", añadió Lendl.
Delgado también es positivo en su análisis y cree que la victoria del domingo "le va a servir para su cabeza".
"Ya ha estado este año en las finales del Abierto de Australia y en Roland Garros, pero había perdido en los últimos partidos. Con la victoria de hoy podrá ganar más títulos del Grand Slam", aseguró Delgado.
Emilio Sánchez Vicario, excapitán del equipo español de Copa Davis, y uno de los más reputados técnicos en la actualidad, que ayudó a Murray a formarse en su academia de Barcelona, expresa así su admiración por el actual número dos del mundo: "Andy Murray es la confianza, no es el más alto, tampoco el más fuerte, ni siguiera el más rápido, ni siquiera el más calmado y confiado. Pero él ha mostrado una increíble confianza en los momentos clave durante todo el torneo".
Otros factores obran a favor de Murray en el futuro, y aparecen en forma de lesiones de sus principales rivales. Djokovic cayó sorpresivamente ante Sam Querrey en la tercera ronda, y admitió que tenía problemas físicos, aunque no quiso revelarlos. La prensa serbia más cercana a "Nole" ha comentado que no solo su espalda está maltrecha, también otras partes de su cuerpo.
La lesión en la rodilla izquierda de Federer, por su parte, preocupa a su equipo. Su representante Tony Godsick señaló esperanzado estos últimos días que "Roger pasará unas pruebas esta semana, pero los exámenes preliminares indican que no sufre un daño adicional en su rodilla", al caerse en el partido contra Milos Raonic en semifinales.
Antes de este Wimbledon, Federer no había disputado un partido a cinco sets desde hacía 22 meses (Abierto de EE.UU. en 2014 contra Gael Monfils), y sin embargo en Londres ha tenido que disputar dos en tres días. Las consecuencias han sido notorias.
Tampoco Rafael Nadal está en su plenitud. El de Manacor continua recuperándose de su lesión en la muñeca izquierda, que le mantiene parado desde Roland Garros, esperando su vuelta para el Master 1.000 de Toronto, y en los JJ.OO. de Río de Janeiro después.
Pero es el propio Murray quien se ha reforzado tras ganar en Wimbledon su tercer Grand Slam, y ha usado su victoria como un trampolín hacia el futuro.
"Todavía creo que mi mejor tenis está delante de mí, que tengo la oportunidad de ganar más", añadió. "Los últimos tres meses han sido de lo mejor que he jugado en mi carrera, en términos de consistencia", dijo.
"Cada tiempo tiene diferentes etapas. Hay muchos tenistas que hacen su mejor tenis cuando tienen 25 años o así, y otros cuando se acercan a la treintena. Espero que mi mejor tenis esté todavía por llegar, y así lo siento", comentó Murray, de 29 años. EFE.