Sostiene Jon Rahm que el tránsito al profesionalismo ha cargado sus fornidas espaldas con más responsabilidades y le ha quitado tiempo de descanso pero que no ha alterado su carácter. Sus palabras, en cambio, transmiten una contención que no se percibía hace unos meses, cuando afirmaba con naturalidad sentirse capaz de ganar 19 grandes. Ahora habla de ir paso a paso, de aprender y de disfrutar, aunque sus ojos -"tiene la mirada de Seve", dijo Nacho Gervás, director técnico del golf español- apenas consiguen contener el torrente de ambición.
El tercer puesto en Quicken Loans, su estreno profesional, probó que las expectativas creadas en torno a él no eran desmesuradas y le otorgó el billete para el British Open. A las 7.57 del viernes, hora española, tomará la salida en Royal Troon, un típico links escocés, la antítesis de los campos a los que está acostumbrado. Lo que no variará es su agresividad. Su estilo, dice, es innegociable.
Pregunta. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido en estos meses?
Respuesta. He aprendido a no desgastarme demasiado antes del torneo. Aquí podría haber jugado cinco vueltas de entrenamiento y sólo he jugado tres y media. Intentar no cansarme antes porque aún quedan cuatro días de torneo.
P. ¿Dónde llegó a esa conclusión?
R. En Mayakoba [su primer torneo del PGA Tour], llegué saturado por entrenar demasiado. En Phoenix, sin embargo, tuve un virus estomacal y no podía entrenar. Jugaba y me iba a casa porque no estaba en condiciones y me fue muy bien [terminó quinto]. Me di cuenta de que igual no me tengo que matar. Hoy [por el miércoles] he hecho un poco por la mañana y por la tarde nada.
P. En Quicken Loans fue líder dos días y peleó por el triunfo hasta el final. ¿Qué aprendió en aquella última ronda?
R. Aprendí que al final el golf, como muchos deportes, es tener el día. Hay veces que no juegas bien, pero las cosas salen, y otras que le pegas muy bien, como aquel día, y la bola no quiere entrar. Habrá veces que alguien tendrá más suerte que yo, pero otras será al revés.
P. ¿Se imaginaba estar aquí cuando renunció a disputar el torneo como amateur?
R. No lo pensaba, aunque sabía que se podía. Cuando iba líder en el Quicken Loans me preguntaron qué iba a hacer si me clasificaba para el British. Me dijeron que los primeros cuatro clasificados no exentos tenían billete y me lo fijé como objetivo. Fue bonito lograrlo porque me costó mucho renunciar. El Open es el torneo más grande que se puede ganar.
Ver a Sergio luchando el último día con Harrington en 2007 me marcó"
Jon Rahm golfista español
P. ¿Cuál es su primer recuerdo del British?
R. La última vuelta de Sergio con Padraig Harrington en Carnoustie, en 2007. Aunque por desgracia no entró el último putt, ver a Sergio luchando el último día me marcó.
P. ¿Cuál es la primera sensación que ha tenido del torneo?
R. El domingo, cuando jugué con Miguel Ángel Jiménez y Scott Fernández, llovía y hacía frío pero había muchísima gente siguiendo los partidos. La pasión, la admiración, el respeto por el golf es inigualable en Escocia. Impresiona.
P. ¿Más que el US Open?
P. No hay comparación. Si llega a hacer este tiempo en Oakmont no habría nadie.
P. ¿Le reconocen en Escocia?
R. Siempre hay gente que me reconoce, cada vez un poco más porque he jugado bien últimamente. Hay muchos que saben quien soy y es una pasada. No sabía que iba a tener tanto reconocimiento aquí.
P. Royal Troon es un campo muy diferente a los que usted juega en Estados Unidos. ¿Qué sensaciones ha tenido?
R. Es muy diferente. Es como comparar la pista del US Open con la de Roland Garros, dos mundos distintos. Aquí no alteran el terreno, cortan la hierba y lo que te toque. Las calles tienen muchas ondulaciones en las que la bola puede botar para cualquier lado. Los búnkers son más pequeños, con taludes muy verticales en los que puede ser muy difícil. Pero lo divertido es que usando tu imaginación puedes pegar golpes que nunca pegarías. Es más divertido que el golf normal.
Me gusta jugar con viento, el campo cambia y te obliga plantear la estrategia cuando llegas. Es lo que hace diferente al British"
Jon Rahm, golfista español
P. ¿Qué tal juega con viento?
R. Me gusta porque es diferente. El campo cambia mucho y eso es bonito. Planteas la estrategia cuando llegas, que es lo que hace diferente al British.
P. Ayer hablaba en su blog hablaba ayer de "controlar su agresividad". ¿Está variando su estilo por la responsabilidad del profesionalismo?
R. Mi carácter agresivo sigue estando en el campo, sigo teniendo esa agresividad. Puedes tomar una línea más conservadora, pero aún así hacer un swing agresivo. Lo que pasa es que en estos torneos cada fallo cuenta mucho. Si eres muy agresivo todo el rato y fallas golpes, te vas a ir más penalizado que si eres inteligente. Usando la cabeza, la estrategia pero haciendo swing agresivo puedes conseguir más que siendo un cabeza loca, pero el carácter sigue estando ahí. No se pierde ni quiero perderlo, porque es lo que me hace el jugador que soy.
P. Pasando el corte daría un paso de gigante en su objetivo de lograr la tarjeta del PGA Tour. ¿Es ese el objetivo?
R. Antes decía que me gustaba saber lo que tenía que hacer antes de un torneo, pero últimamente he visto que me ha ido bien sin pensar en esas cosas. Si pienso en pasar el corte, seguramente no jugaré lo bien que puedo. Intento mantener la mentalidad de hacerlo lo mejor posible. No tengo ninguna meta marcada. El objetivo número 1 es pasar el corte, disfrutar y aprender el máximo.
P. ¿Aún sueña con la Ryder?
R. Eso lo dije en un momento que estaba con mucha confianza. Gané un torneo y dejé volar la imaginación. Quizá no debí decirlo, es dificilísimo.