La puertorriqueña Mónica Puig, clasificada este lunes para tercera ronda del torneo de tenis, está cuajando la mejor temporada de su aún corta carrera y a los 22 años ambiciona liderar el tenis latinoamericano y acabar el curso en el Top20.
De conseguirlo sería un éxito para el tenis latinoamericano que aún busca relevo para la argentina Gabriela Sabatini, la mejor tenista de las últimas décadas.
Y salvo la presencia esporádica de otra argentina, Paola Suárez y de la colombiana Fabiola Zuluaga -ambas alcanzaron la 9ª posición del ranking, la primera 2004 y la segunda en 2005-, ninguna otra tenista de la región ha logrado consolidarse en los primeros puestos de la clasificación mundial.
"Soy la número uno latina ahora mismo y quiero representar a Latinoamérica lo mejor posible", declaró Puig este lunes tras ganar a la rusa Anastasia Pavlyuchenkova (N.14) por un contundente 6-3 y 6-3 y clasificarse para la tercera ronda del torneo olímpico.
"Para mí es un honor (representar a Latinoamérica) y que venga lo que sea, estoy lista", añadió la joven de 22 años, que actualmente reside en Miami.
Puig ganó su hasta ahora único título en el circuito femenino en Estrasburgo en 2014, pero sin duda 2016 está siendo su mejor año, en el que alcanzó una final en Sídney (perdida ante la rusa Svetlana Kuznetsova), las semifinales en Nottingham y Eastbourne, y la tercera ronda en el Abierto de Australia y Roland Garros.
Unos resultados que tienen su origen en decisiones que tomó tras disputar Wimbledon en 2015. "Cambié de entrenador y estamos trabajando en cada aspecto de mi juego, con un preparador físico y mi quiropráctico. Tenísticamente he mejorado mucho y también física y mentalmente".
"Y creer que lo puedo hacer (ganar), porque creer es poder", dice convencida.
Actualmente ocupa la posición 34 del ranking, pero ambiciona más en lo que queda de temporada: "Me gustaría acabar en el top 20. Soy 34, pero quiero más. Poder estar sembrada en el US Open tampoco vendría mal".
- Objetivo: la medalla olímpica -
Sobre sus posibilidades en Rio, Puig dice sin esconderse que "la meta son las medallas". "Para eso vine aquí y está en mi mente, pero voy un partido a la vez. Confío en mis habilidades".
Un metal en Rio sería un hito para el tenis puertorriqueño, un país que empieza a seguir con atención a la joven. "Mi teléfono está explotando. Mucha gente en Puerto Rico está muy orgullosa y les agradezco el apoyo", explica tras vencer a la rusa.
Tuerce el gesto, descargándose la responsabilidad, cuando se le pegunta si es la principal opción a medalla de su país, pero por el momento se conforma con ser una fuente de inspiración y que sus victorias sean "un empuje para los otros compatriotas, para que vean que lo pueden hacer también".
Un faro para el deporte puertorriqueño y una líder para el tenis latinoamericano, un espejo en el que se pueden mirar otras tenistas de la región que intentan hacerse un hueco entre la élite, como la paraguaya Verónica Cepede, la colombiana Mariana Duque-Marino y la brasileña Teliana Pereira.
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Fuente AFP