Los mexicanos Santiago González y Miguel Ángel Reyes Varela dijeron adiós este lunes al sueño olímpico, pero esperan que su participación en Rio sirva para poner las bases para el desarrollo del tenis en su país, una tarea que se antoja gigantesca.
La pareja tricolor cayó este lunes en segunda ronda ante la reputada dupla rumana formada por Horia Tecau y Florin Mergea, por 6-3 y 7-6 (11/9), pero se marchan de Rio con la satisfacción de haber ganado un encuentro (el inaugural ante los británicos Colin Fleming y Dominic Inglot).
"Hicimos un buen partido, pero al final fueron mejores que nosotros. Tuvimos nuestras chances y tuvimos dos set points, pero cuando son mejores que tú no hay nada que hacer", declaró González, el más experimentado de los dos.
"Nos vamos tristes por no seguir avanzando, pero contentos por haber hecho historia y haber logrado que el tenis mexicano vuelva a estar en una Olimpiada", añadió.
Más allá de los resultados, Reyes Varela y González lo que esperan es que su participación olímpica sirva para crear unas bases sólidas en el tenis mexicano, no solo para ellos, sino también para popularizar su deporte y que los niños de ese país comiencen a practicar este deporte.
"Participar en estos Juegos ha sido una gran motivación y un compromiso para trabajar aún más fuerte y contagiar esta experiencia a todo México para llegar a dar más alegrías al tenis mexicano", aseguró Reyes Varela.
"Los Juegos han sido una gran posibilidad para que todos los reflectores de la gente estén pendientes y ojalá sirva para trabajar más fuerte en favor del tenis mexicano", insistió.
González asegura que en su país "hay talento, pero faltan tenistas". "Solo somos unos 10 jugando al tenis. Es mucho más fácil para países como Argentina, España o Francia, que de 100 tenistas salgan cinco o seis buenos, que salgan cinco o seis buenos de 10".
- Repatriar técnicos y más academias -
"Ojalá se hagan bien las cosas y que haya más academias y más apoyo para todos nosotros", explicó González, quien aseguró que llevan "más de un año sin recibir ningún apoyo" económico de su federación para poder costearse su participación en el circuito profesional y en los mejores torneos.
"Tenemos muchos exjugadores de gran nivel, pero que están en Estados Unidos por obvias razones, porque en México no se les apoya económicamente. Del aire no se vive. Si se empieza por traer a todos esos técnicos y se construyen uno o varios centros de entrenamiento, creo que se puede empezar una gran cantera y a la larga no tener solo diez tenistas profesionales", concluye González.
Puede que haya llegado el momento en México de buscar nombres nuevos a los históricos Rafael Osuna, Antonio Palafox, Yolanda Ramírez o, más recientemente, a Raúl Ramírez, el último tenista mexicano destacable... ¡a finales ya de los años 1970!"
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