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Más vale tarde que nunca

 

El verano tiene estas cosas, te ofrece cosas extraordinarias. Andy Murray, invicto desde la final de Roland Garros que perdió ante el mejor jugador del planeta, se vio sorprendido en Cincinnati ante Marin Cilic (6-4, 7-5), un jugador intermitente que cuando está encendido se vuelve impracticable. El escocés paró la cuenta en 22 victorias consecutivas, mientas que el de Medjugorje capturó el primer título Masters 1000 en su carrera, una categoría en la que, hasta hace una semana, nunca había pisado semifinales. Primero Pliskova y ahora Cilic. Doble sorpresa en Ohio.

El escocés llegaba a esta final más tranquilo que de costumbre. No es normal, ni siquiera con todas las bajas que hemos contado este año en Ohio, aterrizar en el partido por el título sin ceder un solo set pese a haber cruzado con varios top20. Pero esta era la realidad, Andy no había cedido más de cuatro juegos en ninguno duelo a lo largo de la semana. ¿Podría hoy Cilic, aunque fuera, generarle algún problema? Era la gran pregunta, si habría o no habría batalla. Un par de horas antes, por ejemplo, la final femenina se había resuelto prácticamente con un ‘nulo’ de Angelique Kerber. Pero esta vez no sería igual.

No era el servicio lo que estaba marcando diferencias en la primera manga, tampoco el número de aces, de hecho, el propio Murray tuvo ocasiones de firmar un break y marcharse luego en el marcador. Sin embargo no fue así, fue Marin el que de repente estaba 5-2 arriba y saque para sellar el primer set. Había sido todo demasiado fugaz, sin tiempo a la reacción y con un croata más que preparado para hacer frente al hombre más en forma del momento. Hasta en sus propio terreno, como pueden ser los intercambios largos o el resto. Cilic había empezado el pulso de manera sublime y, aunque le tembló el pulso para cerrar aquel 5-2, luego agarró fuerzas para rematarlo por 6-4. Era la primera manga que cedía el escocés en la presente semana. Una más y estaría eliminado.

En la reanudación volvimos a ver a un Murray débil, con demasiados puntos débiles, celebrando con vehemencia los puntos clave que les impedían despedirse del partido. Estaba sufriendo ante un jugador al que siempre había diminado en una situación que a punto estaba de escaparse de sus manos. Hasta que tensó tanto la cuerda que se rompió.Marin lo hizo a lo grande, rompiendo en el 6-5 para levantar el título como los buenos campeones. A su Us Open de 2014 le suma ahora este Masters 1000 de Cincinnati cuando está a unas semanas de cumplir los 28 años. Seguramente, la edad trampolín para instalarse en las posiciones altas de la tabla y confirmar lo que empezó a descubrir cuanto era un junior.

No ha podido empezar mejor su conexión con Jonas Bjorkman, por cierto. A su victoria ante Berdych (actualmente trabajando con Ivanisevic) le suma ahora este triunfo ante Murray (jugador que trabajó con Bjorkman hace unos meses). Un doble golpe sobre la mesa para amarrar el 15º título de su carrera y auparlo hasta la novena casilla del ranking ATP. Una sorpresa que no es sorpresa. Un hombre que se vuelvesuperhéore en cada gira de verano. Y en siete días, el Us Open.