Alexander Zverev peca aún de una inconsistencia propia de un chico de su edad (19 años). Pero ya en este 2016 ha dado tremendas muestras del tenis y la actitud que atesora. El alemán posee unas cualidades que más pronto que tarde le llevarán a buen seguro a luchar por los grandes torneos del tenis mundial. El de Hamburgo demuestra ambición y hambre de triunfos como se deduce de una reciente entrevista que presenta el portal TennisCircus.com. El US Open podría un escenario pintiparado para Sascha, un trampolín quizá definitivo hacia la flor y nata del tenis profesional.
Sin lugar a dudas que Alex Zverev no se encuentra ahora mismo en su pico de forma de 2016. Está cuajando un más que discreto verano, con unas semis en Washington como mayor hito. Pero no podemos olvidarnos de todo lo que ha cosechado ya en este curso. Cuasi victoria ante Nadal en los octavos de Indian Wells, semis en varios torneos de tierra y sobre todo, final en la hierba de Halle cargándose por el camino al mejor jugador que ha pisado ese torneo en toda su historia, Roger Federer. La entre comillas sorprendente derrota en la final ante Florian Mayer parece que le ha dejado sin mucho fuelle anímico para lo sucesivo. O el revuelo mediático de ganarle al de Basilea. Sascha no se agobia ni impacienta porque los resultados no sean siempre los esperados. Él tiene muy claras sus metas.
"Quiero ser el mejor jugador posible. Tengo hecha una idea de cómo jugar al tenis en el futuro y sé exactamente lo que tengo que trabajar para poder expresar mi mejor tenis en los próximos años", cuenta Zverev. "Estoy creando la base sobre la que trabajar para finalmente ganar los grandes torneos", admite.
El joven Zverev recuerda cómo dio su primer salto a la fama en aquel torneo de Hamburgo de 2014 con tan solo 17 añitos. "Un momento clave de mi carrea fue el de los cuartos de final del ATP de Hamburgo en 2014 donde perdí el primer set por 6-0 y remonté para ganar en tres sets. Ahí empecé a ganarme el respeto del resto de jugadores", comenta Sascha Zverev. El alemán siempre ha brillado en su propia casa, donde ha llevado a cabo sus mejores actuaciones. El reto para él ahora es empezar a brillar fuera de las fronteras germanas. El hamburgués destaca la actitud que ha tenido para sacar adelante partidos y lo importante que es para granjearse un nombre en el circuito ATP.
"Si remontas partidos, pero luego pierdes en primera ronda, los jugadores van a pensar que tienes potencial pero que no vas a pasar de ahí. Pero en cambio, si ven que un tenista joven juega bien y vence a grandes jugadores que llevan en el circuito 10 años o más, entonces hasta las más grandes estrellas del tenis se habrán ganado tu respeto", asegura el alemán, número 29 del mundo esta semana.
Un techo tremendamente ambicioso se pone el de Hamburgo. Por nivel de tenis no será. "Quiero ganar un Grand Slam y ser el mejor jugador del mundo. Estoy listo para ello. Trabajando en estas metas todos los días y entrenando más duro que nadie. Veremos cómo van evolucionando las cosas y cuánto de rápido", tira el germano. El descaro y la precocidad no se le pueden negar. Como tampoco el hecho de que tiene una enorme oportunidad de asestar un golpe sobre la mesa en el próximo Abierto de los Estados Unidos.