Era cuestión de tiempo si mantenía este nivel de juego. No dependía de sí misma para ser número 1 tras el US Open pero su rendimiento rondaba el liderazgo con la condición de virtualidad. Angelique Kerber es hoy, ya, la número 1 del mundo, después de que Serena Williams cayera en semifinales a manos de la checa Karolina Pliskova. Kerber termina así con 186 semanas consecutivas de la norteamericana al frente de la clasificación.
Desde que la de Michigan recuperó el cetro allá por 2013, todos los protagonistas que rodean al tenis femenino veían impensable que ninguna jugadora pudiera alzarse y cuestionar un reinado que parecía vitalicio. Incluso en un año como este 2016, en el que Serena bajó el pistón y redujo su calendario, sus resultados en Grand Slams (F, F, W, SF) eran suficiente bagaje como para mantenerse al frente. Y además, de haber pensado en alguien para desbancarla, Angelique Kerber no sería la primera candidata a principios de año.
Pero Australia cambió todo y relanzó la realidad tenística de la jugadora de Bremen. Su triunfo en Melbourne, contra todo pronóstico ante Serena en la final, fue el prólogo de una historia que nueve meses después se ha consumado. Serena Williams, defendiendo una cantidad de puntos y victorias impresionante tras un 2015 histórico, fue abriendo puertas... y Kerber se ha ido colando por ellas poco a poco. La final de Wimbledon, el título en Stuttgart, las semifinales en Miami y Montreal.
En todo este proceso, Kerber se ha mostrado como una jugadora realmente preparada para el reto. En un tramo de temporada de varias derrotas prematuras tras la victoria en Australia, Kerber se apoyó en su trabajo diario, en su mejoría mental, en su propicio patrón de juego, el que fue perfeccionando para competir ante diferentes perfiles: su condición de zurda, su mejorada capacidad para crear tiros ganadores y su excepcional contragolpe y defensa desde la línea de fondo la hicieron creer en salir ganadora ante las top-10 y en los mejores escenarios.
Con un record actual de 52 victorias y 14 derrotas, 4 finales y 2 títulos, con posibilidad de cerrar su tremendo año con el título en Flushing Meadows, Kerber se convierte así en la 22ª mujer en alcanzar el ranking WTA y la segunda mujer alemana en lograr este hito histórico desde que se introdujo el ranking en 1975. A su vez, Kerber es también la tenista de más edad en ser número 1 por primera vez. La batalla por el número 1 quedará abierta hasta final de año, tramo de temporada del que Serena Williams se ausentó en 2015 y en el que podría sumar puntos.