Una lástima lo que le ha sucedido a Garbiñe Muguruza en los cuartos de final del torneo de Linz en Austria. Antes de comenzar el encuentro, sabía que se había clasificado para las Finales WTA de forma matemática. La mejor manera de celebrarlo era con un triunfo ante la suiza Viktorija Golubic pero todo se tornó en lágrimas finalmente para la caraqueña. La suiza dio mucha guerra y tras un primer por 7-5 para Muguruza contestaba Golubic con un 6-3. En el tercero parecía que la española se llevaría el triunfo cuando lideraba por 4-3 y saque pero un lance fortuito en el que se torció el tobillo la apartó de las semis, debiéndola obligar ahora a parar y tratarse el maltrecho tobillo.
Garbiñe Muguruza saltaba a la pista central de Linz con la clasificación a Singapur obtenida. Pero era prioritario avanzar ronda y coger confianza de cara a esas Finales WTA. Viktorija Golubic iba a ser una rival correosa, muy aguerrida aunque intermitente en su despliegue tenístico. Una de las pocas con revés a una mano en el circuito. Garbiñe arrancó muy bien, con las ideas claras y la férrea determinación de irse a por la suiza. La táctica estaba dando resultado y prueba de ello era el 2-0 de entrada para la caraqueña. Las sensaciones estaban siendo muy positivas, pegándole con dureza a la bola sin dudar, yéndose al ataque y cerrando con contundencia. Pero Golubic supo revertir la situación y remontar el marcador. Dejó a un lado ciertos errores que la habían condenado y se armó de consistencia en la línea de fondo variando con el liftado y el cortado tanto con la derecha como con el revés.
Muguruza fue progresivamente atascándose y del 2-0 inicial se pasó a un 4-2 para la suiza. Los errores no forzados volvieron a aparecer en la raqueta de la española que había perdido el norte de la noche a la mañana. La correosa tenista suiza hasta se atrevía a atacar con pegada, consiguiendo unos ‘winners’ que parecía impensable que pudiera conectar al inicio del partido. La situación solo podía arreglarla la propia Garbiñe y vaya que sí lo hizo. Sacó todo su arsenal de golpes y a base de palos recuperó la desventaja para posteriormente sellar el primer set antes del desempate, donde la suiza levantó un 15-40 pero regaló un remate claro y a continuación una doble falta que suponían el 7-5 para Muguruza.
La segunda manga fue en gran parte un monólogo de Golubic. Tomó más riesgos y el bache en el que entró la española lo aprovechó a la perfección para marcharse en el marcador hasta el 4-0. La suiza variaba a las mil maravillas su juego, maniatando a Garbiñe, siendo más agresiva e impidiendo que la española pudiera llevar la iniciativa. La reacción de Muguruza llegó tarde aunque bien pudo suponer alargar la manga más de lo que se esperaba. Tuvo opciones de ponerse con 5-4 y saque de la suiza, pero Golubic supo cortar la reacción a tiempo para igualar la contienda con el 6-4. Garbiñe seguía peleando pero necesitaba cambiar el esquema de juego para sacar a Golubic de ese juego.
En la tercera manga, el partido se volvió una noria donde ambas se rompían el servicio continuamente. Muguruza parecía más determinada, esta vez sí, para irse a por la victoria y el pase a las semis de Linz. Habría brecha y se colocaba con 4-2. La suiza supo mantener la distancia y fue entonces cuando llegó el lance desgraciado que apartó a la postre a la española. Una torcedura en el tobillo cuando recuperaba el centro de la pista en un peloteo. Un grito desgarrador hacia alertar a todos. Garbiñe se mantuvo en el suelo largo tiempo doliéndose. Tras el parón médico pertinente lo intentó pero sin fortuna. Recibió el ‘break’ de Golubic y con ello se retiraba. Toda una lástima. Una triste manera de ‘celebrar’ la clasificación para las Finales WTA, unas Finales que ahora están en duda aunque en principio no parece que haya revestido mucha gravedad la lesión.