Menos mal que llegaba Svetala Kuznetsova llegaba cansada y sin descanso a Singapur. ¡Menos mal! La rusa volvió a tirar de coraje y épica para llevarse un encuentro dramático ante Karolina Pliskova (2-6, 6-3, 7-6) en el que, por momentos, parecía que ninguna quería ganar. Al final y después de perdonar múltiples ventajas y oportunidades, la más veterana del cuadro solventó el temporal y sumó el segundo triunfo de la semana. Sigue invicta, sigue agotada, pero sigue demostrando que la ilusión no la pierde. Una victoria de Radwanska sobre Muguruza la coloca en semifinales del WTA Finals.
El partido que se presentaba por delante era curioso por lo ocurrido dos días atrás. Tanto Kuznetsova como Pliskova venían de sufrir duramente en sus encuentros de debut, ambas habían salvado pelota de partido en contra y las dos habían logrado amarrar finalmente la victoria. Esto es el tenis, ganar depende de las ganas que uno tenga de jugar la última bola. Ya lo dijo un tal Bjorn Borg. De una manera u otra, ambas necesitaban un triunfo más para acariciar las semifinales y la de hoy era una buena oportunidad. La rusa empezó con un bloqueo severo, cosa que ayudó más a la checa a recoger la iniciativa y colocarse 4-1. El primer set estaba bien encaminado pero no cerrado.
Sin embargo, el (súper) saque de Karolina se quedó sentado en uno de los cambios de pista y la de Louny se dejó romper el saque, dándole la oportunidad a su oponente de empatar a cuatro, aunque aquella puerta que se abrió se cerraría de inmediato debido a la nula determinación de Svetlana. Lo vio perdido, luego lo vio cerca y finalmente se salió del camino. Un nuevo break puso a Pliskova con todo de cara para dar un paso al frente y esta vez no falló. Era un 6-3 que empezó con muchas certezas y terminó inundado en dudas.
“Me duele todo el cuerpo, no me puedo mover”, expresaba la rusa en el descanso a Carlos Martínez. “Sveta, no estás obligada a ganar este partido, quítate toda presión. Jugando así perderemos igualmente, así que sal ahí y juega sin miedo, como tú sabes, como hiciste el otro día”, le indicó el técnico español. Un diálogo similar ya surtió efecto el lunes ante Radwanska, ¿volvería Carlos a tocar la tecla? En un primer momento pareció que no, con un quiebre de salida a favor de Karolina. La actitud era mala y el estado anímico caía en picado. Si aquello hubiera sido una operación, el titular del doctor parecía claro: ‘La perdemos’.
“Es imposible”, dijo el orgullo. “Es arriesgado”, dijo la experiencia. “De perdidos al río”, dijo Kuznetsova. La charla finalmente caló hondo en la de San Petesburgo y empezó coger las riendas de la batalla. El resultado no pudo ser más obvio, 6-2 para ella. ¿Y Pliskova? Totalmente atemorizada, pequeñita, indefensa cada vez que su mejor (a veces única) arma, el servicio, se quedaba en fuera de juego. Nos íbamos al tercer set y la tendencia era evidente, quizá definitiva. Pero había que padecer un poquito más, a su estilo. Dejando marcha un 5-3 hasta un inesperado tiebreak y necesitando cuatro match points para cerrar. Pero cerró. Y así fue cómo de nuevo la rusa volvió a convertir la adversidad en desafío y cómo transformó el cansancio en oportunidad. Dos partidos, dos victorias y las semifinales a escasos centímetros.
Fuente: http://www.puntodebreak.com/2016/10/26/sufrir-ganar-metodo-kuznetsova