Caer para levantarse aún con más fuerza. Rafael Nadal y Roger Federer habrán de hacer buena esa máxima si aspiran a volver a su mejor nivel. Meses de inactividad del suizo y una temporada plagada de altibajos en el español, dejaron al circuito ATP en 2016, huérfano de dos de sus grandes referencias. Los dos maestros parecen haberse lamido las heridas y reagruparse física y mentalmente para la gran batalla que se avecina.
Su autoexigencia será máxima, siendo dos grandes campeones que no se conformarán con menos que sumar algún otro título de Grand Slam, pero ¿están en condiciones de hacerlo después de largos períodos de inactividad? Hay ejemplos que avalan los pronósticos más optimistas para Roger y Rafael, y en esos han de inspirarse para volver a imponer su ley.
Rafael Nadal
El de Manacor ha lidiado en numerosas ocasiones con la compleja situación de reincorporarse al circuito tras un largo tiempo sin competir. Las recurrentes lesiones de Nadal a lo largo de su carrera profesional generaron dudas en su momento sobre si el balear podría dar continuidad a su hegemonía en el circuito, pero Rafael se encargó de disiparlas con resultados notables.
Encarna uno de los ejemplos de regresos al circuito más triunfales, como fue el protagonizado en 2013. Después de siete meses en el dique seco tras ser eliminado en Wimbledon por Lukas Rosol, el español retornó a la competición en Viña del Marfirmando un puesto de finalista que sería el preludio de la gloria. Nadal sumó la friolera de diez torneos, entre ellos dos Grand Slams (Roland Garros y US Open), cinco Masters 1000 y la recuperación del número 1 del mundo.
La situación que ha de afrontar Nadal en este 2017 es radicalmente distinta. Las lesiones que le han castigado en los últimos tiempos no son más que la punta del iceberg en los problemas del español, al que se le ve falto de confianza para afrontar los momentos cumbre. En 2016 jugó bien pero perdió partidos en el alambre de los que nunca se le solían escapar, como contra Verdasco en el Abierto de Australia, Thiem en Buenos Aires, Cuevas en Río de Janeiro, Del Potro y Nishikori en los Juegos Olímpicos o Lucas Pouille en el US Open.
Su parón tras el torneo de Shangai hace pensar que la lesión de muñeca que le obligó a retirarse de Roland Garros y que ha mermado su rendimiento el pasado año, está superada. Si Nadal es capaz de encadenar buenos partidos en el tramo inicial de año y jugar sin problemas físicos importantes, tiene todas las condiciones para volver a protagonizar un regreso triunfal.
Roger Federer
El suizo se enfrenta a una situación nueva para él. Las lesiones se han portado realmente bien con un hombre que ha sabido racionalizar esfuerzos y cuidarse a las mil maravillas. Sin embargo, la espalda parece ser el talón de Aquiles del de Basilea, y con la edad están haciendo acto de presencia las molestias en esta parte del cuerpo. Federer solo se ha perdido tres Grand Slams desde que es profesional; el primero fue el Abierto de Australia 1999, cuando no gozaba del ránking necesario para disputar el evento, y los otros dos fueron esta temporada. Roland Garros y US Open no pudieron disfrutar del espectáculo ofrecido por el artesano de la raqueta.
Es toda una incógnita pensar en cómo puede volver Federer tras este parón. Sus estancias familiares en Suiza no esconden un arduo trabajo de recuperación por parte de un hombre con gen ganador, que quiere sumar otro título de Grand Slam a sus vitrinas. Es consciente de que necesitará racionalizar esfuerzos, por lo que no sería descabellado verle jugar en menos de una decena de torneos en 2017.
Federer ha de inspirarse en los ejemplos de Tommy Haas e Ivo Karlovic. El alemán es uno de los jugadores que más lesiones ha sufrido pero que ha sabido siempre reinventarse a sí mismo. La última vez que ocurrió fue cuando Haas ya tenía 34 años. Fue en 2012, después de más de un año fuera de las pistas y logró meterse en rondas finales de grandes torneos y ganar el torneo de Halle, derrotando en la final al propio Federer.
Por su parte, Ivo Karlovic estuvo fuera de las pistas más de tres meses por una meningitis vírica, que le mantuvo en cama y llegó a provocar una pérdida parcial de memoria del gigante croata. Esto ocurrió cuando Ivo ya peinaba canas, a los 34 años también, pero retornó a las pistas para ganar el ATP 250 de Bogotá y terminar el 2016 como 20 del mundo.
Referencias no faltan para pensar que tanto Federer como Nadal aún tienen mucho que decir en el circuito. Han de tener paciencia y ser conscientes de que tras un parón tan acusado, deberán ir entrando en ritmo de competición poco a poco, y afinando sus armas para llegar en plenitud de condiciones a Wimbledon, en el caso del suizo, y Roland Garros en el del español.