No hay mejor manera de empezar un año que con un título bajo el brazo, aunque no sea oficial, y sobre todo, habiendo ganado a rivales de máxima entidad y jugando con gran seriedad. Rafael Nadal se proclamó campeón del Mubadala World Tennis Championship, como ya hiciera en las ediciones de 2010, 2011 y 2016.
Cualquier jugador que decide acudir a Abu Dhabi en estas fechas tiene como gran objetivo adquirir ritmo de competición e ir entrando en calor, sabiendo que de las sensaciones iniciales puede depender la confianza con que se afronten los primeros eventos de máxima importancia de la temporada. ¿Qué ha hecho Nadal en los años que comenzó levantando el título de campeón en el Emirato Árabe?
En 2010 se produjo el primer triunfo de Nadal en este torneo de exhibición. El español acudía con ganas de volver a su mejor nivel, después de haber perdido en Roland Garros 2009 ante Robin Soderling en los octavos de final, y no haber podido acudir por lesión a Wimbledon. El tramo final de temporada para Rafael fue nefasto, siendo los títulos en el Open de Australia e Indian Wells los mejores resultados del año.
El afán por demostrar que seguía siendo el gran dominador en tierra batida y que se había recuperado de su lesión, eran perfectamente comparables a las de la actualidad. Nadal ganó a Soderling la final del Mubadala World Tennis Championship y mostró un gran nivel en las primeras semanas de competición. Hizo final en Doha, donde fue derrotado por Nikolay Davydenko, y en el Open de Australia llegó a cuartos de final donde tuvo que retirarse por lesión ante Andy Murray.
Pronto volvería a las pistas aunque no lo haría con el dominio esperado, como demuestran sus sorprendentes derrotas ante dos jugadores ya de vuelta en esos momentos, como Ivan Ljubicic en Indian Wells, y Andy Roddick en Miami. La temporada de tierra batida sí traería de nuevo alegrías, viendo la versión más inexpugnable de Nadal, campeón en Montecarlo, Roma, Madrid y Roland Garros, imponiéndose en el Grand Slam parisino sin perder ni un solo set en todo el torneo.
La confianza de estos resultados le permitió a Nadal sumar su segundo título en el All England Lawn Tennis Club, al vencer en la final a Tomas Berdych. El de Manacor cerró el mejor año de su carrera al ganar el US Open, y entrar en los anales de la historia al entrar en el selecto grupo de jugadores que ganó al menos una vez todos los Grand Slams.
El 2011 tuvo un inicio muy similar al pasado año: derrota en Doha ante Davydenko (esta vez en semifinales), y en cuartos de final del Open de Australia, contra David Ferrer. Esta temporada fue en la que Novak Djokovic dio un salto cualitativo y se erigió en el verdugo del español, ganándole en las finales de Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Wimbledon y US Open.
Se puede afirmar que Nadal ganó este año lo que le dejó el serbio, ya fuera porque no asistió o porque perdió en rondas precedentes. El gran éxito de Nadal en este 2011 fue revalidar el título en Roland Garros, imponiéndose a Roger Federer en la final, además de erigirse en pieza clave en la conquista de España de la Copa Davis. Montecarlo y Barcelona también vieron al balear levantar el trofeo que le acreditaba como ganador.
Sin duda alguna, el 2016 fue el peor año en la carrera deportiva de Nadal y, curiosamente, vino precedido por el título en Abu Dhabi. Nadal se impuso en la final a Milos Raonic, y dio continuidad a sus buenas sensaciones en el torneo de Doha, plantándose en la final donde perdió con Djokovic. A partir de ahí todo fue inseguridad, falta de confianza y problemas físicos para Nadal, que nadó a contracorriente en todo momento.
Fue derrotado en Grand Slams ante jugadores de menor entidad que él, como Verdasco en Open de Australia y Pouille en US Open, curiosamente en cinco mangas, siendo ésto una señal alarmante de la incapacidad de Nadal de imponer su aura ganadora en momentos cumbre. Una lesión en la muñeca le alejó de Roland Garros y Wimbledon, y tan solo Montecarlo y Barcelona vieron al español obtener el título que le acreditaba como campeón. Hubo brotes verdes en los Juegos Olímpicos, pero el esfuerzo titánico de Nadal se materializó con una medalla tan solo en el dobles.
Así pues, Nadal ha cuajado la mejor temporada de su carrera y también la peor después de haber ganado en Abu Dhabi. Resulta complicado pronosticar lo que ocurrirá en 2017, siendo el español muy dependiente de las lesiones. Lo que sí parece claro, es que si éstas le respetan, Nadal tiene la ambición y los argumentos necesarios para volver a competir por grandes objetivos.