Lo de este chico no parece tener remedio. Empeñado en ser protagonista y hacer ver que para él el tenis no es más que un pasatiempo a veces algo engorroso, Nick Kyrgios expresó una oleada de sentimientos que bien pueden provocar risa o lloros en todo amante de este deporte, aunque casi siempre con un halo de indignación de fondo. Su derrota ante Andreas Seppi en cinco sets, la actitud de la que hizo gala en los tramos decisivos de partido y lo que dijo sobre él John McEnroe, fueron objeto de comentarios delirantes en rueda de prensa.
"Estoy algo decepcionado pero fue un partido divertido. Él es un buen tipo y se merece la victoria, no voy a flagelarme por perder este partido", señaló desdeñoso Kyrgios, restando importancia al encuentro y declarando que estaba "hambriento" y quería "comer algo y ya veremos mañana qué hago en los próximos meses", cuando fui cuestionado sobre si se ve con opciones de disputar los siguientes torneos.
El público se entregó a su causa y le animó en todo momento, aunque hasta los admiradores más fieles de Kyrgios perdieron la paciencia con su actitud en el tramo final de partido. "Que te abucheen después de este partido no es lo mejor que te puede pasar después de un partido a cinco sets y en el que estaba dolorido", afirmó Kyrgios reconociendo problemas en una de sus rodillas. "Quizá no debería haber jugado tanto al balocesto. Amo ese deporte pero me daña las rodillas. Debería tomarme más en serio la pretemporada".
Uno de los momentos tensos de la rueda de prensa fue cuando le dijeron que John McEnroe había declarado que no lo había dado todo en el tramo final de partido, algo a lo que Kyrgios respondió con fastidio. "Bien por él. Tuvo una gran carrera, perfecto por John McEnroe", y cuando se le preguntaba por diversas cuestiones, Kyrgios repetía como un mantra la siguiente frase. "Pregúntale a Johnny Mack, él lo sabe todo", en una clara desautorización al ex jugador estadounidense.
Kyrgios se refirió también a su actitud con su equipo de trabajo, que tuvo que soportar sus malas pulgas durante todo el partido. "Ellos están decepcionados. Se están sacrificando por mí tratando de hacerme mejorar y me hace daño verles tristes y decepcionados. Es duro", reconoció el australiano en un atisbo de racionalidad y empatía antes de salirse de la senda de nuevo. "Hay muchos jugadores que hacen lo mismo que yo y gritan palabras feas a su banquillo pero les entienden. Mi equipo me quiere mucho y eso es lo que importa".
"La cuestión mental sigue siendo un gran problema para mí, y en eso sería bueno un entrenador", afirmó un Kyrgios que se negó a dar nombres futuribles para ocupar este puesto vacante. "Me siento como en toda mi carrera. No fui consistente y ya está, perdí tres sets y nada más, es una lección para mí", dijo Nick antes de tirar de sarcasmo para definir como "impresionante" a las personas que le siguen apoyando a pesar de lo que ocurrió hoy en la pista. Ver para creer.
Fuente: Punto Break