Kristina Mladenovic dio un puñetazo sobre la mesa este pasado fin de semana en el torneo Premier de San Petersburgo. La tenista francesa de origen serbio conquistó en la antigua capital de los zares su primer título WTA de forma invididual, después de acumular ya 16 trofeos en categoría de dobles. Una progresión curiosa la de esta jugadora espigada y con un porte que recuerda enormemente a la serbia ya retirada Ana Ivanovic. Kiki, con 23 años, parece dispuesta a pegar el salto definitivo en singles después de haber brillado con luz propia en dobles. Podría ser una de las grandes tapadas del 2017 en el circuito femenino.
La estampa de Kristina Mladenovic está a medio camino entre dos grandes jugadoras. Por un lado, la apariencia física nos recuerda poderosamente a otra tenista francesa que como ella fue adoptada por el país tricolor: la ex jugadora de origen canadiense Mary Pierce y última vencedora francesa de Roland Garros en 2000. Pero su estilo de juego quizá tenga más similitudes con otra ex tenista, más reciente y que posee origen serbio como ella, Ana Ivanovic. Una derecha portentosa, un saque poderoso pero con tendencia a las dobles faltas en ciertas ocasiones y unas enormes palancas, son las señas de identidad que unen a ambas. Si bien, en el caso de Kristina, la versatilidad es aún mayor, habiendo demostrado con creces saber defenderse en toda clase de superficies. Pero sobre todo, habiendo demostrado una habilidad para el dobles tremenda, siendo en esta modalidad donde ha brillado primero con más fuerza, asociándose con su compatriota Caroline Garcia.
A la cuarta fue la vencida para Kiki. Las tres anteriores finales WTA las había perdido. En Estrasburgo 2015 ante Samantha Stosur, en s'-Hertogenbosch 2016 ante CoCo Vandeweghe y en Hong Kong 2016 ante Caroline Wozniacki. Lo más curioso de todo es que con esta final ha cerrado un círculo la tenista de Saint-Paul-sur-Mer. Ha jugado finales en cuatro condiciones absolutamente distintas (tierra, hierba, dura outdoor y dura indoor). Todo un reflejo del carácter 4x4 de esta tenista, que previamente había logrado un enorme impulso en el US Open de 2014, llegando a cuartos de final y cayendo ante la eventual subcampeona Roberta Vinci. El dobles había sido este tiempo su nicho de éxito, ante la falta de arranque y continuidad en los individuales. Finales en tres de los cuatro grandes y título en Roland Garros el año pasado. Cabía el temor de que Kiki se acabara acomodando en ese circuito, dejando de lado los singles. Nada más lejos.
En San Petersburgo ha destapado el tarro de las esencias la francesa de 184 centímetros. Se ha mostrado intratable, exhibiendo un juego variado, agresivo pero salpimentando con delicadeza puntual. Un cóctel con el que ha tumbado a gente como Venus Williams, Roberta Vinci o Yulia Putintseva en la final. Sabiendo sufrir incluso. "Esto es increíble. Es mi primer título. Había perdido antes tres finales, siempre jugando bien pero teniendo una mejor oponente", decía la gala para WTA Insider. "No dudé sobre mi espíritu de lucha. Esa es mi fortaleza. Intento mantenerme ahí, luchar hasta el final. No sé cómo pude mantener la compostura, sobre todo después de perder el segundo set (ganaba por 6-2 y 5-2 y Putintseva remontó). Creo que me mostré aún más fuerte para recuperarme y poder ganar en tres sets", explicaba Kiki.
Otra de las peculiaridades de Mladenovic es que no viaja casi nunca con entrenador. Es su madre, Dzenita Mladenovic, la que la asesora en muchas ocasiones. "Nunca encontré alguien bueno para mí como entrenador", contaba. Ante todo, la francesa quiere gobernarse a sí misma y que no le impongan un patrón de juego. "Algunas veces en los partidos me escapo de increíbles situaciones usando un golpe que nadie me aconsejaría. Yo no lo practico, es simplemente intuición, una sensación", decía Kiki, que en San Petersburgo dio enormes muestras de ello. Todo un arsenal de golpes inverosímiles con los que fue progresando en el cuadro del torneo ruso.
"Hace dos años cuando tuve mi mejor temporada, alcanzando los cuartos del US Open y llegando al número 27, estuve sola durante todo el año sin entrenador. Este año de nuevo, dejé de viajar con entrenador. Los resultados están llegando. No quiero decir tampoco que lo sepa yo todo y que pueda alcanzar mis grandes sueños yo sola, pero ahora me está yendo muy bien. Yo soy la que mejor se conoce a sí misma, sé cómo debo jugar y depende de mí trabajar duro para conseguir lo que quiero", expuso Mladenovic, confiada y resuelta para hacer un 2017, no solo en dobles, sino también en singles, brillante
Fuente: http://www.puntodebreak.com/2017/02/07/baila-sola