Horas y horas en pista, viajes interminables y muchos sacrificios. Estos son algunos de los aspectos a los que los tenistas profesionales tienen que hacer frente antes de firmar autógrafos y ser aclamados en todo el mundo.
No obstante, muchas veces no somos conscientes del aspecto económico, y del tremendo desembolso al que tienen que hacer frente los jugadores antes de dar el salto a la élite mundial.
Nicole Gibbs, número 158 de la WTA, ha aprovechado su espacio en el blog de Tennis Channel para reflexionar sobre este asunto, aportando cifras que hablan de las dificultades económicas que pueden llegar a tener jugadores que incluso están entre las 200 mejores raquetas del planeta.
La tenista estadounidense estima su gasto anual en $220.000. El dinero ganado en premios en lo que va de año asciende a poco más de $140.000, por lo que deberá sumar $80.000 en lo que resta de temporada si quiere cubrir gastos. La presión en estos casos supera las barreras de lo estrictamente deportivo, algo que no debería ocurrir con una jugadora que prácticamente está entre las 150 mejores del circuito.
El motivo por el que Gibbs ha querido plantear esta problemática no es otro que su propia experiencia este año en Roland Garros. El major parisino no establece un alojamiento para los tenistas, sino que les entrega 180€ por cada día de previa y dos días adicionales, de forma que son los propios tenistas los que pueden escoger donde quieren alojarse. La cifra asciende a 300€ por noche y tres días extra en el cuadro final.
Como señala Gibbs, teniendo en cuenta que los jugadores suelen llegar con más antelación que dos días y tienen que costear el alojamiento de entrenadores, fisioterapeutas y el resto del equipo, la cifra se queda corta.
Las quejas de la jugadora yankee se centran en el gran desequilibrio económico que se genera entre los jugadores de la previa y los del cuadro final, siendo los primeros los que pueden llegar a pasar más apuros económicos. Por poner un ejemplo, una victoria en la primera ronda de la previa parisina tiene un premio en metálico de 3.500€, mientras que en la primera ronda del cuadro final prácticamente se multiplica por 10, hasta los 30.000€.
Para concluir su reflexión, Nicole Gibbs señala que aunque los premios en metálico están en alza en todo el circuito, el aumento debería destinarse a financiar el viaje de todos los jugadores, y no a ampliar el premio para los campeones.
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