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El estadounidense Patrick Reed con paso firme, se puso a la cabeza del Masters de Augusta, tras acabar las tres primeras rondas con menos de 70 golpes (69, 66 y 67), el primero en conseguirlo desde Lee Westwood en 2010.
El líder, Reed, dio un nuevo golpe encima de la mesa, con "eagles" en el 13 y el 15, y durmió primero de la tabla con una tarjeta total de 202 golpes, con tres de ventaja sobre el norirlandés Rory McIlroy (205), cinco sobre el también local Rickie Fowler (207) y seis frente a al español Jon Rahm (208).
"Fui capaz de adaptarme (a los cambios en el tiempo) y a partir del cuarto hoyo las cosas fueron de la forma en la que estoy jugando", dijo Reed.
Famoso por su juego inquebrantable en la Ryder Cup, el estadounidense ni siquiera pestañeó cuando McIlroy se puso por delante de él brevemente en la tabla.
"Creo que lo más importante es salir ahí y jugar al golf, intentando que el momento no me supere", explicó.
"Espero que podamos conseguir unos fuegos artificiales y pasarlo bien el domingo", sentenció.
- Frustración y decepción -
Tiger Woods, por su parte, no logró acercarse a los primeros de la tabla, al firmar una tarjeta de 72 golpes. Woods, de 42 años, suma 220 golpes, cuatro por encima del par.
El cuatro veces ganador en Augusta pasó el corte el viernes por apenas dos golpes y, a pesar de haber celebrado volver a competir tras varias operaciones de espalda, no está encontrando su ritmo en esta edición del Masters.
"Mi juego corto es un motivo de decepción y también de un poco de frustración", dijo visiblemente afectado por su rendimiento. "No he sido tan eficaz como puedo serlo. Antes de llegar aquí todo estaba bien en este sentido", añadió el "Tigre", que disputa esta edición del Grand Slam por primera vez desde 2015.