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El alemán Alexander Zverev, N.3 mundial y de 21 años, ganó ayer domingo el Masters 1000 de Madrid al batir al austriaco Dominic Thiem (N.7, 24 años) con un doble 6-4, logrando su tercer título de esta categoría, la siguiente a los torneos del Grand Slam.
Vencedor en Roma y Montreal el año pasado, Zverev ganó el combate entre dos de los jugadores llamados a tomar el relevo en la cima de la ATP. Thiem, que el viernes apeó a Rafael Nadal en cuartos, no estuvo a la altura y cedió en 1 hora y 19 minutos.
El austriaco se volvió a quedar a las puertas de lograr su primer Masters 1000 en la capital española, tras perder la final del año pasado contra Nadal.
Con solo 21 años, Zverev se convierte con su triunfo en el quinto jugador en activo en ganar tres torneos de esta categoría. Los otros cuatro son, nada más y nada menos, que Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray.
"Es increíble, es mi tercer Masters 1000 y solo tengo 21 años. Soy algo más que afortunado", reaccionó Zverev, el producto final de una familia de tenistas -sus padres son sus entrenadores y su hermano Mischa, de 30 años, es el 54º mundial-.
Jugador explosivo, Zverev supo controlar las emociones y solo sumó 12 errores no forzados, mientras que Thiem se fue hasta los 21. Dos roturas al inicio de cada set para el alemán le facilitaron el camino. Se va de Madrid sin perder un set.
- 'Tenía confianza' -
Con los 'breaks' en el bolsillo, Zverev pudo desplegar sin miedo su potencia y aprovecharse en los intercambios del bajón de Thiem, que ofreció una cara muy diferente a la del jugador que fue capaz de derrocar en casa a Nadal.
Con este triunfo Zverev se sitúa como uno de los candidatos más creíbles para batir a Nadal en Roland Garros (27 mayo-10 junio). El español busca en París su 11º título.
Pero antes queda el Masters 1000 de Roma. Allí Zverev defiende su corona y Thiem, que el año pasado batió a Nadal en cuartos, podría encontrarse con el español en la misma ronda.
Los recursos del número 3 mundial, que roza los 2 metros de estatura, son impresionantes: potencia al saque, variedad de golpes ganadores y capacidad para resistir los intercambios. En ocasiones le falla el carácter, pero no deja de ser un veinteañero.
Este domingo incluso regateó la presión. Cuando el siete mundial ganaba 30-0 para intentar devolver la rotura con 4-5 en el primer set, Zverev se sacó de la manga una serie de 'aces' que le dieron el 1-0 en 36 minutos.
"Mi servicio es un golpe en el que he trabajado mucho. Dominic es uno de los mejores restadores del mundo pero yo tenía confianza", dijo Zverev.
El alemán tiene una asignatura pendiente: cuajar una buena actuación en Grand Slam, donde nunca ha pasado de los octavos. En París, dentro de 15 días, tiene una nueva oportunidad.