Novak Djokovic cumplió con su condición de No. 1 y seis veces campeón del Abierto de Australia. El peso del favoritismo no causó estragos al serbio, que peleará por su séptima corona en Melbourne tras avasallar a Lucas Pouille en la segunda semifinal: 6-0, 6-2 y 6-2 en hora y 23 minutos.
De esta manera, Djokovic certifica la mejor final posible. Una cita con Rafael Nadal, su rival en mayúsculas, la otra mitad de una rivalidad histórica. El serbio garantizó con su triunfo el choque No. 53 entre ambas raquetas. La final soñada.